La creciente preocupación de los consumidores por el cuidado del medio ambiente y la legislación ambiental son fuerzas que impulsan la introducción de prácticas sostenibles en industrias procesadoras de alimentos. Los productos de deshecho hortofrutícolas, muy abundantes en la región de Andalucía y en general en toda España, contienen componentes con efecto beneficiosos cuya revalorización supone una reducción del coste total del tratamiento de residuos, aumentando la sostenibilidad de los procesos productivos.
El aguacate (Persea americana) es una planta perteneciente a la familia Lauraceae con origen en los trópicos del hemisferio occidental, desde las tierras altas orientales y centrales de México a través de Guatemala hasta la costa del Pacífico de América Central (Chen, et al., 2008). Actualmente, esta fruta se ha extendido desde su hábitat natural a casi todas las regiones tropicales y subtropicales del mundo (Figura 1). Respecto a la evolución del cultivo, hay tres ecotipos bien delimitados y no existen barreras de esterilidad entre las tres razas o entre cualquier categoría taxonómica clasificada bajo esta especie. Entre las variedades comerciales destacan: Bacon, Fuerte, Gwen, Hass, Lamb Hass, Pinkerton, Reed y Zutano.
En cuanto al fruto, las variedades Hass, Gwen y Pinkerton presentan las mejores características comerciales respecto al almacenamiento, vida útil, respuesta al etileno y características organolépticas. Dicho fruto está conformado por una cubierta denominada exocarpio o piel (13 % del peso total del fruto), la porción comestible denominada mesocarpio o pulpa (72 %), una fina capa interna que rodea la semilla correspondiente al endocarpio o cubierta del hueso (0.3 %), y la semilla o hueso (14.7 %). La producción de aguacate en los últimos años se ha incrementado considerablemente. Especialmente, desde el año 2010 se evidencia un incremento anual del 6.2 % a nivel mundial (Figura 2). En el año 2016 la producción mundial alcanzó los 5.6 millones de toneladas.
España representa aproximadamente el 2 % de la producción mundial, con 91.000 toneladas (FAO, 2018). Sin embargo, a nivel europeo, la producción española representa el 93 % de la producción del continente, siendo Málaga y Granada las provincias más destacadas acaparando el 88% de la producción. (Tabla 1) (Ministerio de Agricultura y Pesca, 2016).
El estilo de vida de la sociedad actual, caracterizado principalmente por la falta de tiempo fundamentalmente para cocinar, ha generado un incremento de la comercialización y del consumo de alimentos preparados. Desde la Organización Mundial de la Salud se impulsa la elección de alimentos funcionales que puedan contribuir de manera beneficiosa a la salud del consumidor (World Health Organization, 2013).
En el caso del aguacate, sus derivados comerciales dan lugar a una gran cantidad de subproducto en la industria que corresponde aproximadamente al 30 % del peso total de la fruta.
En España se desechan aproximadamente 2 mil toneladas de hueso y piel de aguacate. En este sentido, estos subproductos se han convertido en un problema para las industrias procesadoras debido al gran impacto ecológico que supone su desecho en vertedero (Leite, et al., 2009). Sin embargo, como puede derivarse de estudios previos, estos subproductos son una fuente muy importante de compuestos bioactivos, entre los que destacan los compuestos fenólicos, carotenoides y clorofilas (W. Wang, et al., 2010). A medida que crece la población mundial y aumenta la presión sobre los recursos finitos, todos tenemos la responsabilidad de adoptar el comportamiento de «reutilizar, reducir y reciclar» cuando se trata de recursos y residuos. En este sentido, los subproductos de aguacate pueden ser aprovechados como fuente de compuestos bioactivos con un valor comercial significativo. En la Figura 3, se resumen las principales propiedades de los subproductos del aguacate.
Por lo tanto, la revalorización de sus subproductos del aguacate conlleva un aumento significativo en la sostenibilidad medioambiental de la explotación de esta fruta. No obstante, el contenido nutricional y de compuestos bioactivos de los mismos debe ser conocido antes de incorporarlo en productos de alto valor añadido (nutracéuticos, cosméticos, etc) o como parte de la alimentación animal para realizar dietas equilibradas que además puedan tener un efecto beneficioso en la salud de dichos animales.
REFERENCIAS: Chen, H., Morrell, P. L., Ashworth, V. E., De La Cruz, M., & Clegg, M. T. (2008). Tracing the geographic origins of major avocado cultivars. Journal of Heredity, 100(1), 56-65. FAO. (2018). FAOSTAT – CROP. In, vol. 2018): FAO Ministerio de Agricultura y Pesca, A. y. M. A. (2016). Datos Provisionales de Frutales NO Cítricos y de Frutales Secos Año 2016. In, vol. 2018). World Health Organization. (2013). Global action plan for the prevention and control of non-communicable diseases 2013−2020. In). Geneva. Leite, J. J. G., Brito, É. H. S., Cordeiro, R. A., Brilhante, R. S. N., Sidrim, J. J. C., Bertini, L. M., Morais, S. M. d., & Rocha, M. F. G. (2009). Chemical composition, toxicity and larvicidal and antifungal activities of Persea americana (avocado) seed extracts. Revista da Sociedade Brasileira de Medicina Tropical, 42(2), 110-113. Wang, W., Bostic, T. R., & Gu, L. (2010). Antioxidant capacities, procyanidins and pigments in avocados of different strains and cultivars. Food Chemistry, 122(4), 1193-1198.